Pellaea rotundifolia es un helecho perenne originario de Nueva Zelanda. Su principal característica son sus frondas arqueadas que sostienen pequeñas hojas de forma redondeada, de un verde oscuro y brillante. Estas frondas suelen alcanzar entre 30 y 40 cm de longitud, lo que le da un porte compacto y ordenado.
A diferencia de otros helechos, Pellaea rotundifolia tiene una tolerancia moderada a condiciones más secas, lo que la hace más adaptable. Su crecimiento es lento pero constante, y prefiere espacios con buena ventilación. Este helecho es perfecto para decorar mesas, estanterías o jardines verticales, añadiendo un aire fresco y elegante.
Cuidados de Pellaea rotundifolia
Aunque es fácil de mantener, Pellaea rotundifolia tiene ciertas necesidades específicas:
- Luz: Prefiere luz indirecta o semisombra. Evita la luz solar directa, ya que puede quemar sus hojas.
- Riego: Riega cuando la capa superior del sustrato esté seca, asegurándote de que el agua drene bien. Evita el exceso de agua para prevenir problemas de raíces.
- Humedad: Aunque tolera cierta sequedad, prospera mejor en ambientes con humedad moderada.
- Sustrato: Utiliza un sustrato bien drenado, idealmente mezclado con arena o perlita para evitar compactación.
- Temperatura: Prefiere temperaturas entre 15°C y 25°C, lejos de corrientes de aire frío.
Propagación
Pellaea rotundifolia se propaga mediante división de rizomas:
- Extrae la planta con cuidado y separa una sección con raíces saludables.
- Planta la división en un sustrato fresco y húmedo, y mantén en un lugar con luz tenue hasta que se establezca.
Es una planta que aporta sofisticación y tranquilidad a cualquier espacio.
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